Enfoque de Stakeholders del Gobierno Corporativo y Resiliencia en tiempos de crisis

El enfoque en los ‘stakeholders’ o de grupos de interés propone que la generación de valor para el conjunto de los actores que contribuyen en la organización más allá de los propietarios directos es la mejor forma de generar valor a largo plazo para la organización en general y sus propietarios en particular.

En reconocimiento de lo anterior, llevó al surgimiento de los denominados programas de Responsabilidad Social Corporativa, y en un sentido más amplio, a la aparición de lo que se denomina Empresa Socialmente Responsable (ESR). La OCDE es una de las que promueve este concepto y sostiene que las empresas deben: “Contribuir al progreso económico, social y medioambiental para lograr un desarrollo sostenible.”2 A la vez que eleva la transparencia de las sociedades como uno de los principios de buen gobierno corporativo

La responsabilidad corporativa no es un accesorio o requisito y mucho menos un elemento cuasi decorativo de la empresa. En la ESR el enfoque en los stakeholders es parte fundamental de su visión, misión y valores y es por ende el eje de su operación. Desde el punto de vista del gobierno corporativo le corresponde a la Junta Directiva actuar, convencida de sus obligaciones frente a las diversas partes involucradas en la empresa, así como establecer criterios a seguir y objetivos específicos a alcanzar para cumplir con esa visión de negocio.

En el Manifiesto de Davos 2020: El propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial3, el Foro Económico Mundial sostiene que:

“El propósito de las empresas es colaborar con todos sus stakeholders en la creación de valor compartido y sostenido. Al crearlo, las empresas no cumplen únicamente con sus accionistas, sino con todos sus stakeholders: empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general. El mejor camino hacia la comprensión y la armonización de los intereses divergentes de todos los stakeholders es la adquisición de un compromiso común con respecto a las políticas y las decisiones que refuercen la prosperidad a largo plazo de las empresas.”

Foro Económico Mundial, Manifiesto de Davos 2020.
Elaboración del autor con base en el Manifiesto de Davos 2020

La resiliencia es la capacidad de la organización de sobreponerse a la adversidad. La hipótesis de este artículo es que una empresa con esta orientación hacia las partes interesadas, tiene más posibilidades de superar una crisis como la actual, que una que no lo haya tenido. Las empresas no son un ente abstracto, sino sistemas que manejan las relaciones con clientes, proveedores y procesos internos para los que dependen de sus recursos humanos, además de sus recursos de capital. Es la fortaleza combinada de los cuatro factores lo que permite a una empresa sobreponerse a las situaciones adversas. La lealtad de proveedores, clientes y empleados se gana a lo largo del tiempo y en época de crisis, adquiere un valor mayor del usual.

Es así como la orientación de una empresa hacia las partes interesadas conduce a vínculos más fuertes y resistentes con los pilares fundamentales de su negocio y es vista más positivamente por la sociedad en general, algo sumamente importante en momentos en que la ayuda estatal puede ser la diferencia entre la supervivencia o la extinción.

Esa vocación más bien se acentúa en medio de la crisis. La empresa en tiempos donde la meta es sobrevivir, debe visualizar que esta subsistencia es más probable si se realiza en medio de la colaboración con todas las partes interesadas; porque, al fin y al cabo, para perdurar nosotros como organización, necesitamos que permanezcan nuestros colaboradores, clientes y proveedores. No es un “sálvese quien pueda”, es buscar cómo nos salvamos la mayor cantidad posible de participantes del sistema.

Al respecto la OCDE junto con varios organismos internacionales, acaba de hacer un llamado precisamente en este sentido:

“Unir fuerzas para promover los estándares internacionales e impulsar la conducta empresarial responsable en América Latina y el Caribe, durante la crisis del COVID-19 y la recuperación posterior, será clave para proteger a los más vulnerables, garantizar una recuperación responsable y sostenible, y construir un crecimiento resiliente e incluyente a largo plazo.”

Declaración conjunta de la OIT, la OCDE, la OACNUDH, la REDESCA de la CIDH, UNICEF, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

El sector financiero es un ejemplo reciente de cómo se identifica esta comunidad de intereses en tiempo de crisis. Se anticipó a tener una obligación legal para ofrecer pagos diferidos a sus clientes al momento en que la crisis golpeaba los ingresos de estos. Este paso los mostró como empresas socialmente responsables, que buscaban ser parte de la solución integral al reto social.

Elaboración del autor

En una escala más pequeña quisiera ilustrar lo anterior con un correo que recibí de un pequeño hotel de playa en que me había hospedado, su contenido me sorprendió: no hacía una sola mención a que regresara al hotel, o a las medidas de restricción que me impedían hacerlo; más bien, transmitía este mensaje: “Dadas las circunstancias de emergencia sanitaria debemos tener claras las prioridades: la salud y el bienestar de todos nosotros, de nuestras familias y la sociedad en su conjunto es lo primero y fundamental, por encima de cualquier otra consideración.” Esa nota enfocada en el bienestar común, me generó más buena voluntad como cliente, que cualquier promoción que me pudieran enviado. Si aceptamos la premisa de que la empresa se fortalece al enfocarse en todas las partes interesadas y no exclusivamente en la generación de riqueza para su propietario, concluimos que lo anterior conduce, potencialmente en la empresa eficiente, a un círculo virtuoso que la hace estar mejor preparada para enfrentar crisis como la actual:

El enfoque a las partes interesadas en forma alguna significa el abandono de la búsqueda de resultados financieros adecuados. Implica reconocer que los retornos financieros son más sostenibles cuando se acepta el legítimo interés de otras partes en las operaciones de la empresa. En ese sentido, más que unos orígenes altruistas, tiene un fundamento realista en cuanto a que genera el bienestar de largo plazo para la empresa.

Foro Económico Mundial Principios de partes interesadas en la Era COVID (5)

Para los empleados, nuestro principio es mantenerlo a salvo: continuaremos haciendo todo lo posible para proteger su lugar de trabajo y ayudarlo a adaptarse a las nuevas condiciones de trabajo.
Para nuestro ecosistema de proveedores y clientes, nuestro principio es asegurar nuestra continuidad comercial compartida: continuaremos trabajando para mantener abiertas las cadenas de suministro e integrarlo en nuestra respuesta comercial.
Para nuestros consumidores finales, nuestro principio es mantener precios justos y condiciones comerciales para los suministros esenciales.
Para los gobiernos y la sociedad, nuestro principio es ofrecer nuestro pleno apoyo: estamos preparados y seguiremos complementando la acción pública con nuestros recursos, capacidades y conocimientos.
Para nuestros accionistas, nuestro principio sigue siendo la viabilidad a largo plazo de la empresa y su potencial para crear valor sostenido

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Enlace: https://www.bbva.com/es/de-la-gran-recesion-a-la-gran-pandemia-diferencias-entre-la-crisis-de-2008-y-la-de-2020/


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Enlace: https://sloanreview.mit.edu/article/the-role-of-the-board-chair-during-a-crisis/


Sobre el autor:

Carlos Alfaro Ruiz es Máster en Administración de empresas con estudios a nivel doctoral en ciencias económicas, se desempeñó en altos cargos de empresas nacionales y multinacionales y es consultor nacional e internacional, especializado en temas de Gobierno Corporativo y Estrategia Empresarial.


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